Es uno de los grandes tesoros del Pirineo oscense, cuya temporada concluye precisamente coincidiendo con la celebración del I Congreso del producto y la gastronomía de los Pirineos, a mitades de marzo. Tanto la cada vez más escasa trufa salvaje, como la cultivada en cinco comarcas de la provincia de Huesca, son objeto de deseo gastronómico y están cada vez más presentes en las cartas de los restaurantes. Cocineros y truficultores, con especial presencia de profesionales franceses, debatirán sobre su manejo gastronómico, mucho más desarrollado al otro lado del Pirineo.