Hoy termina ‘Hecho en los Pirineos’, con más ponencias, el homenaje a Maruja Callaved y la lectura de las conclusiones
21 marzo, 2017
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Concluyó ‘Hecho en los Pirineos’, I Congreso del producto y la gastronomía de los Pirineos

Su modelo integra feria y ponencias, con presencia constante de los productores, aliados de cocineros y profesionales.

365 congresistas atendieron las propuestas de 79 ponentes

Como todo congreso que se precie, sea gastronómico o no, Hecho en los Pirineos, I Congreso del producto y la gastronomía de los Pirineos concluyó con la lectura de sus conclusiones.

Nacido en el marco del proyecto POCTEFA para «preguntarse si existe una gastronomía vinculada al producto hecho en los Pirineos y, si la hay, descubrir cuál es, acotarla y generar un corpus básico de dicha culinaria pirenaica», se afirma que «aquí se han lanzado muchas preguntas y se ha abierto el primer debate, necesariamente limitado en temas y aspectos, pero lo suficientemente amplio como para enmarcar el trabajo de los meses posteriores.  Pues este primer congreso, antes que buscar lograr conclusiones cerradas y definitivas, pretende estructurar el marco de debate, definir y delimitar los productos de ambos lados del Pirineo, indagar sobre esa hipotética cocina pirenaica y ver qué se necesita para irla definiendo».

De forma que «es un Congreso que genera más debate e incertidumbres que certezas», por lo que está previsto ya un segundo, que se celebrará en la primavera de 2019, donde ahí sí se trata de llegar a conclusiones finales, pues cerrará dos largos años de reflexión conjunta, en los que se habrán aportado datos y análisis, siempre desde lo cuestionado estos días en los diferentes debates y mesas redondas»

Valoraciones

«Los resultados indican que el Congreso ha tenido una aceptación muy alta por parte de los ciudadanos y de los profesionales, superando las expectativas previstas en el proyecto; tanto por número de asistentes a la feria y la degustación como a las ponencias y talleres, como por el número de ponentes que han participado».

Tal es la valoración por parte de la organización de este I Congreso del producto y la gastronomía de los Pirineos ha finalizado, Hecho en los Pirineos, que se ha celebrado en Huesca del 18 al 21 de marzo, los dos primeros días en forma de feria agroalimentaria con talleres abiertos al público, y lunes y martes, como congreso en sí, con ponencias, conferencias, debates y más talleres, siempre con poderosa presencia de los productores de ambos lados de los Pirineos centrales.

A lo largo de cuatro días, más de ocho mil personas han pasado por el Palacio de Congresos de Huesca en sus diversas actividades, amén de 79 ponentes y 365 congresistas. Ya el primer día, tras la inauguración, se explicaron diferentes fórmulas para fijar la población, buscando que el valor añadido del producto agroalimentario se quede en el territorio. De hecho se plantearon los primeros contactos para intercambiar producto local de ambos lados de los Pirineos: la cooperación entre el consumidor, el productor y el distribuidor incide en la responsabilidad social, en el consumo responsable.

Ha quedado clara la importancia del productor agroalimentario como vertebrador del territorio y la necesidad de unificar mensajes con las marcas de Calidad para no confundir al consumidor. Se ha mostrado el enorme potencial investigador en agroalimentación de la comunidad y como los aspectos nutricionales se integran en la gastronomía.

El congreso ha avalado la consolidación de los vinos blancos del lugar; ha reivindicado el Ternasco de Aragón como producto local; ha mostrado la larga tradición en dulces y helados en constante actualización; ha constatado la consolidación de la trucha, el esturión y el caviar como producto pirenaico; desde Francia nos ha acercado la cultura del pato y del foie; ha descrito la interrelación entre lo sólido y lo líquido; ha reivindicado el retorno de las salsas; ha explicado el buen uso del arroz crecido con las aguas del deshielo para las preparaciones asiáticas; y finalmente ha puesto en valor las setas y la trufa, tanto en cocina, como para asentar población en el territorio.